“La clave radica en comprender y responder de manera proactiva a las complejas interacciones entre el clima y la agricultura”.

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En la agricultura, entender el entorno en el que se desarrollan nuestros cultivos es crucial.
Este principio quedó patente durante la reciente gira técnica del Dr. Prometeo Sánchez en la zona norte de México, del 13 al 15 de mayo. Durante esta gira, el Dr. Sánchez:
– Impartió valiosas lecciones tanto en aula como en campo.
– Con un enfoque en el clima y su influencia en el cultivo del arándano, así como en otros cultivos.

 TIPOS DE AÑO “Niño” o “Niña”: 

El Dr. Sánchez destacó también la importancia de comprender qué tipo de año estamos enfrentando:
a) Un año “Niño”, caracterizado por la sequía.
b) Un año “Niña”, con abundantes lluvias.

Esta distinción es crucial, ya que ciertas variedades de plantas se adaptan mejor a un tipo de año que a otro, algunas manejan mejor condiciones secas, más que lluviosas y viceversa.

En la región norte de México, se experimentan más años “Niña” que “Niño”. Nuestras prácticas agrícolas se ajustan en consecuencia. El manejo de las plantas varía significativamente según las condiciones climáticas – desde la fertilización hasta el control de plagas y enfermedades.

Es esencial monitorear constantemente estos factores:
– Temperatura
– Radiación
– Humedad
Para evaluar si las plantas están trabajando adecuadamente o están estresadas.

 MÁS ESTRÉS EN LAS PLANTAS 

Este fue otro tema central durante la gira. El Dr. Sánchez señaló la importancia de distinguir entre:
– Estrés biótico
– Estrés abiótico
Y ofreció estrategias para ayudar a las plantas a superar este desafío.

EJEMPLO PRÁCTICO: En la región norte de Sinaloa se observó que las plantas de arándano sólo trabajaban de 05:30am a las 09:30am debido al estrés, lo que afecta su rendimiento y salud a largo plazo).

UNA POSIBLE SOLUCIÓN: Para buscar mitigar este problema, se exploraron diversas herramientas y técnicas:
– Hidroponía.
– Macrotúneles y casas sombras.
– Bioestimulantes.
Esto les permite a las plantas trabajar de manera más eficiente y absorber nutrientes óptimos.

 GENÉTICA: 

La genética también desempeña un papel crucial en este contexto. Es fundamental seleccionar variedades que se adapten mejor a las condiciones climáticas locales, lo que puede marcar la diferencia en la productividad y la resistencia de los cultivos.

PERSPECTIVAS A FUTURO: 

Aún con esta información, adaptarse al clima cambiante y entender las necesidades específicas de cada año no es tarea fácil. La falta de datos locales y la dependencia de la literatura extranjera pueden plantear desafíos adicionales.
– Recopilar y analizar INFORMACIÓN PROPIA es necesario para desarrollar estrategias más efectivas y adaptadas a nuestras condiciones únicas.

En última instancia, la clave para optimizar la producción de arándanos y otros cultivos en la zona norte de México radica en comprender y responder de manera proactiva a las complejas interacciones entre el clima y la agricultura. Solo así podremos garantizar cultivos saludables y una producción sostenible en el futuro.

A pesar de las dificultades, el panorama es alentador, pues otras regiones del mundo ya han empezado a sortear el estrés climático con soluciones como tecnología en hidroponía, estrategias de biolestimulación o alternativas naturales como la utilización de silicio en sus cultivos.